AL-ZAHARA Y EL CONSEJO DE DISTRITO DE EL HIGUERÓN ABANDONAN LA MESA DE TRABAJO IMPULSADA POR EL AYUNTAMIENTO
Afirman que «ya existen alarmas» por «falta de salubridad» y por contaminación de acuíferos . Piden soluciones provisionales para todo tipo de parcelaciones y que se priorice el agua potable
La Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara y el consejo de 
distrito de El Higuerón se han cansado de la inactividad que perciben en
 relación a las parcelaciones y han decidido abandonar la mesa de 
trabajo impulsada por Urbanismo tras dos reuniones al considerarla 
«inútil». Por ello, han elaborado un documento, al que ha tenido acceso 
este periódico, en el que plasman las reivindicaciones que dirigirán a 
Ayuntamiento y Junta, de las que destacan como prioridad «inmediata» la 
dotación de servicios. En el caso de las parcelaciones que están en 
proceso de regularización, no entienden «que no se hayan adoptado ya 
soluciones transitorias para que puedan contar con los servicios 
básicos»; mientras que para los núcleos «que ni siquiera han podido 
empezar un proceso de legalización» reclaman «una dotación inmediata de 
servicios de forma provisional, y, prioritariamente», de «suministro de 
agua potable por parte municipal», ya que «existen alarmas generadas por
 falta de salubridad, de higiene, de contaminación de acuíferos, que 
solo se pueden resolver mediante la dotación inmediata de agua potable».
 Por ello, piden a las administraciones que actúen «dentro de las 
competencias de defensa de la salud, la higiene y la salubridad para 
dotar de servicios a aquellas parcelaciones más necesitadas de ellos por
 presentar situaciones de emergencia social».
Los dos colectivos han tomado la decisión de «reactivar el trabajo ciudadano autónomo» con una estrategia «exclusivamente vecinal», al considerar «ineficaz» la comisión de parcelaciones, que, a su juicio, es «un lugar donde los grupos políticos se dedican a enfrentarse entre ellos», mientras los problemas «continúan y se agudizan». Todo se agrava, añaden, con «la actitud de desprecio que muestran los representantes de la Junta», que no han acudido a ninguna de las dos convocatorias celebradas. Además, lamentan que los acuerdos de la mesa de El Higuerón, logrados tras tres años de trabajo, y aprobados de forma unánime por el Ayuntamiento y el Parlamento, no se hayan puesto en práctica. Confiaban en que la comisión de parcelaciones institucional sirviera para ello y en la primera reunión insistieron en la ejecución de aquellos acuerdos. Sin embargo, señalan en el documento «ha bastado una segunda reunión para observar que no existe voluntad o capacidad política real de llegar a poner en práctica dichas propuestas, por considerar que los inconvenientes legales son prácticamente insuperables», por lo que «volvemos a entrar en un estado caracterizado por el vacío y el desencanto».
Los dos colectivos, «cansados de mítines» y «puestas en escena», aseguran que no van a seguir participando de comisiones multitudinarias donde el nivel político no presenta propuestas», y las que lleva el movimiento vecinal «son aprobadas pero olvidadas» con «la excusa de su imposibilidad legal». Por ello, exigen «que asuman sus responsabilidades y que se pongan a trabajar», cumpliendo las reinvindicaciones de la mesa de El Higuerón, entre ellas la modificación del PGOU y de la LOUA «en lo que sea necesario» a través de «la negociación técnica y/o política».
Entre sus demandas están «no aplicar el IBI urbano», ni «los cuatro años de retroacción», hasta que las parcelaciones tengan «todos los servicios básicos» y «una lectura suave de la aplicación de las multas que marca la LOUA», buscando «argumentos legales para reducir su coste y adaptarlas a la realidad del valor actual de lo construido y a las posibilidades económicas de sus propietarios».
  
Los dos colectivos han tomado la decisión de «reactivar el trabajo ciudadano autónomo» con una estrategia «exclusivamente vecinal», al considerar «ineficaz» la comisión de parcelaciones, que, a su juicio, es «un lugar donde los grupos políticos se dedican a enfrentarse entre ellos», mientras los problemas «continúan y se agudizan». Todo se agrava, añaden, con «la actitud de desprecio que muestran los representantes de la Junta», que no han acudido a ninguna de las dos convocatorias celebradas. Además, lamentan que los acuerdos de la mesa de El Higuerón, logrados tras tres años de trabajo, y aprobados de forma unánime por el Ayuntamiento y el Parlamento, no se hayan puesto en práctica. Confiaban en que la comisión de parcelaciones institucional sirviera para ello y en la primera reunión insistieron en la ejecución de aquellos acuerdos. Sin embargo, señalan en el documento «ha bastado una segunda reunión para observar que no existe voluntad o capacidad política real de llegar a poner en práctica dichas propuestas, por considerar que los inconvenientes legales son prácticamente insuperables», por lo que «volvemos a entrar en un estado caracterizado por el vacío y el desencanto».
Los dos colectivos, «cansados de mítines» y «puestas en escena», aseguran que no van a seguir participando de comisiones multitudinarias donde el nivel político no presenta propuestas», y las que lleva el movimiento vecinal «son aprobadas pero olvidadas» con «la excusa de su imposibilidad legal». Por ello, exigen «que asuman sus responsabilidades y que se pongan a trabajar», cumpliendo las reinvindicaciones de la mesa de El Higuerón, entre ellas la modificación del PGOU y de la LOUA «en lo que sea necesario» a través de «la negociación técnica y/o política».
Entre sus demandas están «no aplicar el IBI urbano», ni «los cuatro años de retroacción», hasta que las parcelaciones tengan «todos los servicios básicos» y «una lectura suave de la aplicación de las multas que marca la LOUA», buscando «argumentos legales para reducir su coste y adaptarlas a la realidad del valor actual de lo construido y a las posibilidades económicas de sus propietarios».
    
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