ISABEL LEÑA 12/04/2015
Solo
el 2% --173-- de las 8.000 parcelas que se encuentran en proceso de
regularización ha logrado legalizarse. Barquera Norte ha protagonizado
un hecho histórico, la aprobación definitiva, por parte del Consejo
Rector de la Gerencia de Urbanismo, de su proyecto de reparcelación,
paso que significa su legalización. En estos momentos le falta la
entrada en vigor con su publicación en el BOP y la inscripción en el
Registro de sus parcelas rústicas como urbanas. Barquera Norte se
convierte en la primera parcelación de la capital del nuevo PGOU que
logra llegar a esa meta, contribuyendo a despejar el camino a otras
muchas que están en situación similar y que le pisan los talones. Con
ella, ya no es válida la aseveración de que ninguna urbanización ha
logrado regularizarse en este milenio. Ya hay una entre el casi medio
centenar que habían iniciado algún trámite este milenio, lo que
significa también el 2%. Hay que tener en cuenta que en esta fase se legaliza el suelo, no las
edificaciones, de ahí que Barquera Norte, con la inscripción en el
Registro, contará con 180 parcelas urbanas --las 173 de particulares más
7 para zonas verdes, equipamiento y viales--, pero tendrá que esperar
algo más para legalizar sus 158 viviendas. Más adelante, cuando la
urbanización esté acabada, cada propietario podrá legalizar su casa o
pedir licencia para construir.
En marzo del 2013, Urbanismo contabilizó 2.000 viviendas que se
hallaban cerca de su legalización. De ellas, había 1.000 de las
parcelaciones de la mancomunidad de juntas de compensación Alamiriya
(Barquera Norte, El Alamillo, El Sol, Torreblanca y Villa Alegre de la
Barquera). Esas 2.000 representaban un tercio de las regularizables. Dos
años después, las casas de Barquera Norte apenas suponen el 8% de
aquellas 2.000 y aún queda recorrido. Pero entonces se vivía el segundo
gran momento de optimismo tras el que tuvieron las urbanizaciones
regularizables dos años antes, cuando Urbanismo permitió sustituir el 7%
del aval por garantías personales. Desde el 2010, y según datos de
Urbanismo de octubre del 2013, se había pasado de 3 juntas de
compensación a 14 con 2.879 viviendas, que son las que tenían en ese
momento más camino andado. Y eso era un hito. Entonces se calculaba que
en medio año habría obras, pero el proceso se alargó, sobre todo por la
valoración del suelo para calcular el dinero que deben pagar los
parcelistas a Urbanismo. Ese año empezaron las negociaciones entre
Urbanismo y urbanizaciones como Barquera Norte y Cuevas de Altázar, que
dieron paso a los proyectos de reparcelación.
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