domingo, 11 de febrero de 2018

El 90% de las parcelas de la Sierra carece de plan de autoprotección

                          

La falta de unas medidas preventivas en las viviendas en caso de que se produzca un incendio forestal deja a los habitantes en una situación "muy vulnerable" e "insostenible"
El 90% de las parcelas de la Sierra carecen de un plan de autoprotección, lo que las deja en una "situación muy vulnerable" de la que a veces sus habitantes no son conscientes. El Interfaz Urbano-Forestal (IUF) -los terrenos en los que coexisten la vegetación forestal y los asentamientos humanos- de la capital comprende una superficie de 2.000 hectáreas catalogadas en general como suelo no urbanizable por el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) y el Plan Especial de Ordenación y Protección de la Sierra de Córdoba.
Durante varias décadas se han construido viviendas y otras instalaciones en el medio natural de forma ajena a la planificación urbanística legalmente establecida, "resultando insostenible la situación generalizada de inseguridad de la población que ocupa estas zonas", ante la cual sólo caben dos opciones, según señala un informe del Centro Operativo Provincial (COP) del Infoca en Córdoba, dependiente de la Delegación de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía: "abandonar las instalaciones o realizar las medidas de autoprotección necesarias mediante un proceso guiado y controlado por las administraciones competentes". Es decir, si los habitantes de estas zonas no tienen un plan de autoprotección (de cuya gestión se encargan las entidades locales o ayuntamientos), deberían abandonar sus casas por el gran riesgo que conlleva vivir en mitad de terreno forestal si se produce un incendio.
El Ayuntamiento debe vigilar que no haya viviendas con carencias no subsanables
No sólo las parcelaciones ilegales incumplen esta medida. En la Sierra, según señala el informe, hay terrenos urbanos o urbanizables como Llanos de Arjona, Santa María de Trassierra, Campo Alegre, El Cruce, Las Jaras o Cerro Muriano "que comparten algunas carencias severas en materia de autoprotección frente a incendios forestales".
Según los datos del COP, en el IUF de la capital hay 35 urbanizaciones, a las que hay que sumar viviendas sueltas, que en época de alto riesgo de incendios pueden alcanzar los 30.000 habitantes. Además, hay que destacar que Córdoba es el municipio de Andalucía con mayor número de siniestros (se incluyen desde conatos a grandes incendios).
La configuración estructural desordenada de las parcelaciones conlleva una "situación de alto riesgo en materia de autoprotección por incendios forestales". Según el documento del COP, parte de las instalaciones pueden reconducirse hacia un nivel de riesgo mucho menor mediante la realización de un plan de prevención de incendios -que tramita la Delegación de Medio Ambiente de la Junta- y un plan de autoprotección, a la vez que debe realizarse "un necesario programa de concienciación y formación dirigido a la población afectada". En este sentido es fundamental la labor de las entidades locales competentes en materia de autoprotección. Éstas "deben ser conscientes de la necesidad de detectar aquellas instalaciones con carencias no subsanables en materia de autoprotección y actuar en consecuencia para garantizar la seguridad de la población afectada". Con esto, el informe insta al Ayuntamiento a mantener una vigilancia para que los protocolos de seguridad en caso de incendio forestal estén planificados y los habitante de la zona sepan qué hacer en el interior de las parcelas si ocurriera un siniestro. No en vano, es el Ayuntamiento el que debe tramitar las solicitudes de los planes de autoprotección y comprobar que las viviendas cumplen con los requisitos establecidos en éstos.
El informe del COP del Infoca en Córdoba resalta que la actuación de los servicios de extinción y salvamento adscritos al Consorcio Provincial o al Ayuntamiento de Córdoba en las emergencias que ocurran en la Interfaz Urbano-Forestal -es su competencia, por ejemplo, si un fuego forestal llega al interior de una vivienda- "genera un considerable riesgo para los profesionales intervinientes" ya que sus medios, equipos de protección y formación están dirigidos a trabajos en las zonas ajenas al ámbito forestal. Por ello, recomienda que una pequeña parte del personal adscrito a dichos servicios se destine a cometidos específicos en la IUF de forma permanente. Estos profesionales se deberían encargar de la elaboración y actualización de la cartografía para su uso en emergencias, la determinación de los puntos sin ruta de escape y las zonas de seguridad mínima, el asesoramiento a planes de autoprotección y la concienciación de la población, entre otros.
El COP del Infoca en Córdoba ya trabaja en el aspecto de la concienciación a la población, con reuniones tanto con las asociaciones de vecinos como realizando actividades con niños. En este sentido, el pasado curso llegaron a 3.000 escolares, una labor de la que se encarga el técnico del Plan Infoca Iván Luque. En su ámbito de actuación también están el Ayuntamiento, la Diputación, el Colegio Profesional de Administradores de Fincas o voluntarios como los de Las Siete Fincas.
El subdirector del COP en Córdoba, César Vicente, explica que ahora el objetivo es iniciar una campaña más potente que se traducirá en la publicación de una guía destinada a la población que está asentada en la Sierra de Córdoba con la intención de que sean conscientes de su situación de vulnerabilidad, sobre todo si no cuentan con un plan de autoprotección, y de los protocolos que deben seguir en caso de incendio forestal.
La Sierra tiene unas particularidades muy destacables: al clima se suman las urbanizaciones y viviendas aisladas que se han construido, las quemas agrícolas, los fuegos causados por cosechadoras y los que se producen prácticamente todos los veranos en el campo de tiro de Cerro Muriano. Esto hace que la IUF sea una zona de gran vulnerabilidad.
Los incendios que se han producido en los últimos años en Italia, Grecia, Málaga, Huelva o la tragedia de Portugal son una muestra de la tendencia que siguen los países de la cuenca mediterránea. "En un marco de constante ascenso estadístico de temperaturas, los intervalos meteorológicos propicios para el desarrollo de incendios de gran potencial destructivo son cada vez más frecuentes", lo que hace temer que se produzca un siniestro de este tipo en Córdoba, indica el subdirector del COP.
En Córdoba el último gran incendio se produjo en el verano de 2007. Entonces un fuego en el campo de tiro de Cerro Muriano obligó a desplazar a un buen número de medios aéreos y terrestres. Cuando los equipos aún seguían en la zona, se declaró otro en Las Siete Fincas, por lo que la prioridad eran las urbanizaciones. Gracias a que los medios ya estaban en las proximidades, se pudo controlar sin que hubiera daños personales y con un balance de 3,30 hectáreas quemadas.
Vicente recuerda que existe un patrón estadísticamente predominante en accidentes civiles: inicio del incendio en cercanía o dentro de la IUF, procesos de huida y retorno, colapso de vías de circulación (tanto viales como red de carreteras secundarias) y finalmente atrapamiento de personas en frentes de llama y humo denso. Esto "lo hemos vivido en varias ocasiones en nuestra Sierra, afortunadamente sin fallecimientos hasta la fecha", concluye.
        

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